A veces pasa que vives tanto tiempo en un lugar y no lo conoces del todo - en casos extremos ni siquiera tienes idea de como es -.
Los que andan en auto se acostumbran a utilizar la misma calle de siempre para transitar rumbo al trabajo y de regreso si acaso se atreven a doblar una esquina antes o una esquina después; solo por no dejarse invadir por la monotonía de ver siempre el mismo paisaje todos los días.
Por lo regular cuando se va a algún lado existen las mismas calles que a todos nos llevan ahí. Es increíble la estadística que habla sobre las calles en desuso. Basta con que alguien piense que sería bueno ir por una ruta que casi nadie utiliza, para que otro lo piense y así hasta convertir el descubrimiento en una mala idea que tarde o temprano lo llevara a estar en medio del tráfico al cual se le huye.
El caso es que cuando nos atrevemos a conocer otra ruta - en auto o caminando - nos llegamos a sorprender por tantas cosas que no imaginábamos que existieran, aun teniéndolas casi al paso. El colmo es cuando esas cosas siempre han estado ahí y todavía más si no se trata de un camino nuevo y si uno habitual - a veces vamos tan ensimismados en nuestros asuntos que suele pasar -. Les pasa como a mí que tantas veces había caminado por el mismo lugar, al pie de los imponentes muros que conforman la fachada de la Catedral de mi ciudad.
Quien la haya visto en toda su amplitud de seguro se habrá percatado del enorme escudo nacional que se encuentra adosado al muro, exactamente arriba de la puerta principal a no menos de quince metros del piso.
Confieso nunca haberle prestado tanta atención como hasta ahora. Todo a partir de una foto que revela infinidad de elementos tan detallados, que lo vuelven por si solos algo digno de admirarse.
Se que por ahí existen más cosas como estas.. solo que hay que levantar la vista de vez en cuando!
4 comentarios:
A veces, fallo.
Y me olvido de observar esas pequeñitas cosas.
Pero la mayor parte del tiempo soy esa clase de personas que cuando van en autobús por las calles de la ciudad, trato de tragarme las escenas, la arquitectura, los rostros de las personas, trato de tragarme cada momento y de dejarlo grabado en mi memoria para siempre.
Talvez mi memoria no alcanza para tanto.
Pero lo intento.
me ha pasado, a veces una mirada te puede revelar cosas insospechadas, algun detalle, alguna sonrisa, una mirada, que tus ojos vagos no persiven... y después como un destello se te revela como aparician ese detalle del que no te habías percatado... amo ese tipo de cosas...
un abrazo!
gracias por tu visita
Iván
Tambien sucede por el cielo. El fin de semana levanté la vista y me sorprendí, tantas estrellas todos los días, y yo sin alimentarme con su belleza.
Que facil es dejar de ver, escuchar, oler, sentir.
Saludos y abrazos...
ASI PASA, SIEMPRE, VAMOS CON PRISASR MIRANDO A LO TARUGO SIN OBSERVAR LOS PEQUEÑOS DETALLES, ESOS DETALLES QUE HACEN TODA UNA OBRA MAESTRA ALGO Q A SIMPLE VISTA TALVEZ NO NOTES...
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